EL EFECTO IE

¿Qué es la Inteligencia Emocional?

Una de las características que marcan la diferencia a la hora de obtener lo mejor de uno mismo y de los demás, de obtener mayor éxito en la vida, va más haya de lo que conocemos como inteligencia humana. El verdadero éxito requiere algo más, como es la capacidad de comprender, gestionar y expresar efectivamente las propias emociones y sentimientos, así como reconocer y anticipar con éxito las de los demás. Se trata de una habilidad absolutamente esencial en la formación, el desarrollo y la mejora de las relaciones personales, y a diferencia del cociente intelectual, que no cambia de manera significativa durante toda la vida, nuestra Inteligencia Emocional puede evolucionar a medida que crecemos y aprendemos. La verdadera inteligencia es aquella que está asociada con una auténtica felicidad, ésa que nos hace estar orgullosos de lo que somos y lo que tenemos.

La Inteligencia Emocional podría definirse entonces, como la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y  trabajar sus emociones y las de los demás con eficiencia y generando resultados positivos.

Una persona que se enfada con facilidad, que se pone triste con frecuencia o que no es capaz de controlar sus impulsos… es alguien con poca inteligencia emocional. Por el contrario, una persona que se conoce bien a sí mismo, que es capaz de pensar antes de actuar, que entiende sus impulsos, que los expresa con educación siendo sincero pero, a la vez, consiguiendo no afectar negativamente a la gente que le rodea…o que es capaz de relativizar y sentir las cosas de una forma sana…sería una persona con muy buena inteligencia emocional.

Si queremos desarrollar una buena IE, debemos aprender a gestionar bien nuestras emociones, éstas son las que determinan cómo respondemos, nos comunicamos y nos comportamos. Para entender qué nos pasa y por qué nos tratan como nos tratan y porque causamos el impacto que causamos, debemos reflexionar sobre quienes somos, que pensamos, que sentimos, y cómo nos comportamos. Conocerse implica entenderse y entenderse es un primer paso para aceptarse y relacionarse bien con los demás.

Te dejo unos consejos o Tips que te ayudarán a gestionar tus emociones de manera inteligente para que puedas obtener mejores resultados y ser más feliz ;)

1) CONÓCETE BIEN A TI MISMO

Conocernos a nosotros mismos es la clave para poder desarrollar la inteligencia emocional. Si no somos conscientes de nuestras emociones, no podemos expresarlas ni comunicarlas. Pregúntate ¿Qué relación tienes con tus emociones? ¿Se acompañan de sensaciones físicas?

Nadie más tiene control sobre tu vida más que tú mismo, no lo olvides nunca. Así que no permitas que te lleven a terrenos ajenos donde perdamos la calma o nuestra identidad. Trabaja tu equilibrio interior.

2) REGULA TUS EMOCIONES. PIENSA ANTES DE ACTUAR Y NO TE DEJES LLEVAR DE MANERA IMPULSIVA

Tal vez el aspecto más importante de la Inteligencia Emocional sea la capacidad para gestionar con eficacia nuestras propias emociones negativas, para que no lleguen a abrumarnos o afectar a nuestras decisiones. Con el fin de cambiar la forma en que sentimos acerca de una situación, primero tenemos que cambiar nuestra forma de pensar en ello.

Una forma de controlar nuestras reacciones impulsivas con los demás es reducir la personalización negativa, se trata de evitar llegar a una conclusión negativa inmediatamente cuando estamos valorando negativamente el comportamiento de alguien. En su lugar, debemos proponernos múltiples formas de ver la situación antes de reaccionar. Por ejemplo, puedo pensar que mi amigo no devolvió mi llamada porque me está haciendo caso omiso, o puedo considerar la posibilidad de que ha estado muy ocupado.

Cuando evitamos la personalización de los comportamientos de otras personas, podemos percibirlos de manera más objetiva, reduciendo de este modo la posibilidad de malentendidos que muy a menudo nos complican la vida.

Piensa en tus emociones como en una balanza, no vale la pena llegar a los extremos, ni aún menos caer en el drama, porque a largo plazo, siempre acabamos perdiendo. No te dejes manipular, ni acudas a respuestas cargadas de ira o rabia. Lo ideal es ese término medio. Nunca roces los límites de tus emociones.

3) SÉ EMPÁTICO, COMPRENSIVO Y MUESTRA ACEPTACIÓN HACIA LOS SENTIMIENTOS DE LOS DEMÁS

La empatía es un concepto que todos conocemos y que valoramos. Pero sin embargo no lo ponemos en práctica tanto como deberíamos. Nos es más fácil ponernos en el lugar de esas personas que más sentimientos positivos nos trasmiten. Nos identificamos mejor con ellas y el nivel de comprensión y acercamiento es más intenso.

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Pero ¿y si un día intentamos empatizar con quien más nos incomoda? Piensa en ese jefe que por ejemplo, tan poco te respeta, o en esa compañera o compañero que siempre habla mal de los demás y que sólo busca problemas. Intenta “ponerte en sus zapatos” y tal vez descubras qué hay detrás de ellos: inseguridad, baja autoestima… pruébalo, puede ser un buen aprendizaje.

Para avanzar en nuestra gestión emocional es muy útil descubrir cuáles son nuestros valores y analizar las creencias que nos hemos formado alrededor de esos valores. Esas creencias son los filtros por los que vemos el mundo y determinan nuestra forma de pensar y de sentir. Si quieres obtener un nivel superior en tus resultados, tienes que estar dispuesto a desprenderte de algunas de tus antiguas formas de pensar para adoptar otras nuevas.

4) ELIGE BIEN LAS EMOCIONES EN CADA MOMENTO

Si, ante una crítica, nos ofendemos y nos enfadamos, estamos eligiendo muy mal las emociones. Si, por el contrario, nos paramos a pensar, analizamos el comportamiento de la otra persona, escuchamos, entendemos su punto de vista, leemos entre líneas y nos damos cuenta de que, el problema ha sido que en nuestro argumento anterior le hemos ofendido nosotros a él/ella, entonces será mucho mejor pedir disculpas y sugerir que la próxima vez nos diga las cosas de otra forma. No es cuestión de ceder, es cuestión de manejar la situación eficientemente. Es decir, causando el mínimo daño. Y el enfado, normalmente es la emoción que más daño genera.

Debemos aprender a manejar, conocer y controlar bien las emociones, especialmente las negativas: ira, tristeza, frustración y ansiedad/estrés.

5) AUTOMOTÍVATE

Puede que hoy no te apetezca, que no tengas ganas. Pero a partir de este momento haremos un sencillo ejercicio: vamos a mirar el lado bueno de las cosas, dejando relegado lo negativo. Levántate cada día pensando en algo que te ilusione y que deseas conseguir. La vida sin ilusión no es vida. Busca tu motivación cotidiana.

A veces cualquier pequeño detalle nos es útil: comprarte un vestido nuevo. Acabar el día en esa cafetería a la que aún no has entrado. Hacer una llamada a esa persona que hace tanto que no ves. Planear una escapada de fin de semana. Apuntarte a un curso de inglés o yoga. Sonreír un poco más…

Vivir una vida con alto grado de motivación y optimismo, creciéndonos ante la adversidad, es una de las características de una buena inteligencia emocional.

6) COMUNICATE DE MANERA EFICAZ

Vamos a intentar mejorar nuestra comunicación, y no solo la verbal, sino la no verbal, mejorando nuestros gestos. Acércate más a las personas que tienes a tu alrededor, dibuja una sonrisa, ofrece una caricia, una palmada en la espalda o un abrazo. Verás que la reacción de quienes te rodean, es diferente.

Busca y ofrece emociones positivas, intenta escuchar un poco mejor a quien tienes delante y escudriña en su mirada. Tal vez descubras muchas más cosas que con las simples palabras. Ponlo en práctica, desarrolla tu inteligencia emocional y sé más feliz, haciendo también felices a los demás.

7) SÉ ASERTIVO Y APRENDE A EXPRESAR EMOCIONES DIFÍCILES

Hay momentos en la vida en los que es necesario saber establecer nuestros límites adecuadamente. Estos pueden incluir el ejercicio de nuestro derecho a estar en desacuerdo (sin ser desagradables), a decir “no” sin sentirnos culpables, el establecimiento de nuestras propias prioridades, conseguir lo que merecemos, y protegernos de la manipulación y el daño.

Uno de los métodos a considerar cuando se necesita expresar emociones difíciles es la conocida técnica XYZ – Me siento X cuando haces Y en la situación Z. Estos son algunos ejemplos:

“Creo firmemente que debería recibir el reconocimiento de mi empresa teniendo en cuenta la calidad de mi trabajo.”

“Me siento mal cuando esperas que lo deje todo para estar contigo.”

Es importante evitar el uso de oraciones que comienzan con “tú” y siguen con una acusación o un juicio. Este tipo de lenguaje pone al oyente a la defensiva, y hace menos probable que se abran a lo que tienes que decir.

8) RECUPÉRATE ANTE LA ADVERSIDAD

La vida no siempre es fácil, y el modo en que elegimos nuestra forma de pensar, sentir y actuar en relación con los desafíos de la vida establece la diferencia entre la esperanza frente a la desesperación, el optimismo frente a la frustración, y la victoria frente a la derrota.

Desde hace algún tiempo, venimos llamando a esta capacidad “resiliencia”. Ante una situación desafiante que nos encontremos en la vida, podemos hacernos la pregunta de ¿Por qué? nos ha pasado eso y caer en el victimismo lamentándonos de nuestra mala suerte, o por el contrario, podemos preguntarnos ¿Para qué? nos ha pasado, cuál es el aprendizaje que debemos sacar de lo que ha ocurrido o qué podemos sacar y aprender de esa experiencia. Hacernos preguntas constructivas, basadas en el aprendizaje y en nuestras prioridades, nos ayudará a obtener la perspectiva apropiada para hacer frente a la situación en cuestión.

 

Es importante que tomes conciencia de todos los aspectos en los que crees que deberías trabajar para mejorar tu inteligencia emocional, cuanto antes lo hagas…¡Antes descubrirás el poder del EFECTO IE!